Una foto del río

No puedo creer que esto esté funcionando, que empiece a ser cierto. Que se encuentren un poeta de Chaco con otro de Córdoba, una poeta de Salta con alguien de Capital. Que podamos encontrarnos con ellos. Para colmo, con ilustraciones. Y poder leer, en mi caso, por primera vez a Lía Sosa, a Pablo Natale, a Franco Rivero. Pensar que a otros les haya pasado lo mismo con Jorge, con Joaquín, con Martín Vázquez. A lo mejor no se dan cuenta, pero para mí, esto es increíble y era, hasta hace poco tiempo, una idea vaga, una charla de café. 

Con este blog, estoy aprendiendo que estar conectado significa otra cosa, significa estar esperando, con calma y atento. A la vera, con una caña a modo de humilde antena. Para que cada entrada sea una foto de ese río, que conecta lugares y estéticas distantes, voces que van dejando su propia estela. Cada entrada como un instante feliz, en dónde peces y pescadores se reúnen.

¿Podría haber pasado en otro momento? No sé. Pero qué bueno sentirme parte de un tiempo un poco menos vanidoso. Con sus pifies y sus riesgos, claro, pero no importa, vale la pena. No sé si es una época distinta, pero me gusta confiar en que nada nos impide construirla.

Patricio Foglia